Un extraño viernes 3 am...
Publicado en 13 Septiembre 2013
Viernes de post. Serena, muda y a la vez turbulenta, la noche tiene un metabolismo complejo. Es un escenario en el que se palpitan experiencias intensas y vitales. Siempre me pregunte que iba a hacer un viernes a las 3 am… no, suicidio no. La respuesta creo que es evidente… creo que ya desvelarme por las noches es cuestión de casi todos los días, pero bueno… consultar con la almohada es otra manera de aludir a una situación como ámbito de introspectiva reflexión… así se vive hoy en día. Una semana buena, cosas que me sorprendieron y otras que no. Alguien dijo que la felicidad no existe, sino que es un estado que se apodera de nosotros en algunos momentos y luego desaparece. Creo que es una de esas verdades relativas y muy discutibles que durante los momentos duros y adversos solemos repetir. Nadie duda de que la felicidad permanente sea muy difícil de conseguir. Papeles que llegan dentro de uno y chocan en lo más profundo, pero una sonrisa maquillada da la ilusión de vivir en paz. A veces sentimos ese fracaso interno, creo que desde hace un tiempo lo vengo sintiendo… lo raro es que algo me dice que tendría que pensar todo lo contrario, pero el tiempo paso y el presente es una clara prueba de ese fracaso, fracaso que nunca etiqueto de a dos, aun sabiendo que de mi lado no quedo nada más para dar. Esas personas que sienten necesidad de hablar y me parece perfecto, pero hablar sin motivos o sin rumbo, no llevan a ningún lado… o quizás sí, la misma espiral cuesta abajo que nunca termina. Todas esas acciones, digamos épicas y de protección de principios, repercuten en nuestra vida cotidiana y en nuestras relaciones familiares y amistosas generando esa nitidez que se traslada desde lo colectivo a lo individual. Quizás las personas que se marchan se sienten raras, quizás las dudas que llevan en su espalda son una carga muy pesada… seguramente quedarse, animarse o pelear por algo que una vez manifestó como su mejor sonrisa, era más difícil que irse.
Hoy cierra la canción que le da nombre al título. Viernes 3 am, historia de alguien que siente el fracaso, ve una luz de esperanza… pero el inevitable final se hace presente
La fiebre de un sábado azul
y un domingo sin tristezas.
Esquivas a tu corazón
y destrozas tu cabeza,
y en tu voz, sólo un pálido adios
y el reloj en tu puño marcó las tres.
El sueño de un sol y de un mar
y una vida peligrosa
cambiando lo amargo por miel
y la gris ciudad por rosas
te hace bien, tanto como hace mal
te hace odiar, tanto como querer y más.
Cambiaste de tiempo y de amor
y de música y de ideas
Cambiaste de sexo y de Dios
de color y de fronteras
pero en sí, nada más cambiarás
y un sensual abandono vendrá y el fin.
Y llevas el caño a tu sien
apretando bien las muelas
y cierras los ojos y ves
todo el mar en primavera
bang, bang, bang
hojas muertas que caen,
siempre igual,
los que no pueden más
se van.